27 nov 2009

Celda 211, una buena película española


Celda 211, una buena película española. Salí de la sala de cine gratamente sorprendido.
El argumento y el reparto invitaban a ver esta película enteramente española y no me defraudó.
Reflejando el ambiente carcelario "típicamente Spanish", representando muy bien a mucha de la fauna de nuestras cárceles y haciendo una buenísima crítica social. Se aleja de los tópicos de las películas norteamericanas de género carcelario. En ésta película podemos ver que los malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos . Aunque algunos críticos la pueden poner la etiqueta de película similar a las producciones de Hollywood, tiene un gran transfondo y está muy bien hecha e interpretada. Además un desenlace como el que tiene no lo veríamos en una gran superproducción. Estoy seguro de que va a triunfar en España y fuera de nuestras fronteras.
Con este tipo de películas se demuestra a la ministra “sindescargas” y a sus antecesoras que el buen cine español se vende cuando hay un buen producto. Estamos hartos de que nos hablen de poner un canon a las películas dobladas de Hollywood, de que quieran meter una cuota de  pantalla, de una película española por cada una americana, o de que se gasten millones de euros de dinero público en dar subvenciones a cualquier película mala que haga algún director de "renombre". Películas que ni siquiera llegan a estrenarse o que si se estrenan no van a ver ni sus primos. Como siempre en este país la picaresca es la picaresca y un monton de malos actores y directores nos toman el pelo y se quejan de que las grandes producciones americanas son una competencia desleal. A mi no me gustan muchas de las películas “yankees” donde los EEUU siempre ganan (salvo Rocky y otros grandes clásicos, claro). Lo que hace falta es creatividad y hacer buenas películas, que muchas veces, no necesitan de grandes presupuestos. Muy bien por Celda 112, REC, Planet 51, muy bién por Ágora y muy bien por películas españolas que gustan al público y que están bien hechas.

23 nov 2009

El pirata Willy



En los últimos días hemos vuelto a hablar de algo que durante el siglo XVI azotó a los barcos españoles que viajaban a las Américas. Durante aquellos años nuestra armada luchaba contra los piratas ingleses que operaban bajo la protección de la corona Inglesa. Parecía algo del pasado, algo de las novelas y del cine, pero sin embargo es la actualidad del siglo XXI en el Océano Índico. Hoy en día a pesar de los medios tecnológicos nos quieren hacer ver que es muy difícil luchar contra estos actuales “piratas”. Con un ejército moderno, aviones, helicópteros, satélites y demás tecnología, parece como si nos tomaran el pelo. Además, estos piratas se acaban riendo de nuestro “estado de derecho”, ya que cogemos al “pirata Willy” y no sabemos que hacer con él. Nuestras leyes son permisivas en muchos casos y tremendamente injustas con algunos pequeños delitos. Seguramente habrán pensado en meterle en un correccional para que con apoyo psicológico tratar de reinsertarle en la sociedad, darle una formación durante su estancia y finalmente ponerle un piso de protección tutelado y darle un trabajo digno. Así es nuestro sistema penitenciario para este tipo de jóvenes como el “asesino de la Katana” que vive en un piso tutelado con su novia después de haber asesinado a sangre fría a toda su familia. Finalmente el desenlace del barco “Alacrana” ha llegado a su fin, estando todos sus marineros a salvo y de de lo cual nos alegramos todos.
PERO... si es verdad que han pagado algo más de 2 millones de euros a los piratas (o sus jefes en despachos de grandes ciudades) a través de un bufete de abogados inglés, ¿Por qué han esperado hasta el final? Lo podían haber hecho antes. Total, podemos dejar en vergüenza a nuestra armada y nuestros soldados... Ahora todos los piratas saben cual es la bandera que deben de asaltar ya que conseguirán su propósito sin pagar las consecuencias.
Después de toda la aventura parece que España quiere liderar un nuevo programa internacional antipiratería, con nuestros ministros al frente dejándonos en ridículo como siempre.